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04 de julio del 2019

Thomas Lilge, fundador de Gamelab.berlin, nos habla sobre el poder del juego.

Del viernes 28 al domingo 30 de junio, se llevó a cabo la Hackathon de realidad mixta “Humboldt y las Américas”, organizada por el GoetheInstitut Perú. Una amanecida de trabajo que también se realizó en Colombia y México. Lo ganadores de Lima, Bogotá y Ciudad de México, viajarán en septiembre a Berlín, Alemania, para mejorar las propuestas de realidad virtual y aumentada. Además, presentarán sus experiencias en el Humboldt Forum, uno de los proyectos culturales más importantes de los últimos años en Alemania.

Para tí, ¿cuáles son los ingredientes necesarios para lograr un entorno de colaboración sólido, como Gamelab.berlin?

Gamelab.Berlin fue creado gracias al financiamiento del fondo del gobierno alemán, Clusters de Excellence. En aquel grupo de excelencia, la idea inicial fue la de reunir disciplinas científicas que llevan cientos de años separadas. Para resolver problemas complejos, tenemos que establecer una reconexión entre estas disciplinas. La innovación sucede cuando se junta el conocimiento.

Logramos reunir a más de 140 colegas. Pero, muy pronto se descubrió que muchos de estos científicos; súper talentosos, con personalidades agradables, extremadamente bien educados; no eran capaces de ponerse en contacto con otros, de entrar en una dinámica de cooperación y de desarrollar ideas que estén al límite de su propio enfoque científico, en una zona intermedia entre dos disciplinas. Muchos de ellos no obtuvieron los resultados que buscaban, algunos terminaron en una catástrofe.

Después de un año y medio, me di cuenta que, aunque hay grandes colegas, grandes preguntas, grandes enfoques, no logramos acercarnos ni comprometernos con lo desconocido. El proyecto terminó sin resultados.

Luego, junto a mi amigo Christian Stein, con quien compartimos el interés ​​científico en la técnica cultural del juego, creamos GameLab.Berlin. Lo pensamos como un espacio abierto, con un entorno científico muy competitivo, que se trabaje bajo los términos del juego. Porque, al imaginar un juego, este se da en un área específica, un espacio seguro, de confianza, que no es el mundo real. Con el enfoque del juego, varios científicos se sintieron atraídos y se convirtieron en miembros. Los juegos han sido parte importante en la historia científica y de los inventos.

Entonces, las condiciones necesarias para la innovación serían crear un espacio común, seguro, con algunas regulaciones claras, pero abierto para que gente de cualquier lugar pueda ingresar. Encontrar motivadores o facilitadores correctos, porque hay que admitir que puede ser agotador hablar con personas de otras disciplinas que no dominamos. Hay que ser pacientes y después, se encontrará que hay mucho en común.

El enfoque de Gamelab.berlin es la técnica cultural del juego con un equipo interdisciplinario. ¿Cuál sería el poder del juego en temas humanos? Por ejemplo, en el tema de los refugiados. 

Según nuestra perspectiva, porque hay diferentes autoridades del tema, hay un término llamado Homo Ludens, que quiere decir el juego para la humanidad. Si nos fijamos en la historia de la humanidad, está bastante claro que nuestros sistemas culturales emergen del juego. Como dijo Walter Benjamin, los animales están más ligados a lo real, al ahora. Jugar con tus pensamientos y pensar qué pasa si hago esto o aquello, es un comportamiento juguetón, propio de los animales y más aún, de los humanos.

Entonces, si me preguntas por qué pensar en juegos o sistemas de juego, es porque en el núcleo de nuestra genética somos animales juguetones, construimos cosas, creamos sistemas, como los sistemas políticos. Tal y como señalaban los sociólogos de los años 70, que identificaron que todos llevamos máscaras, jugamos roles y que en un día cambiamos nuestras reglas. Los juegos son un marco preciso para observar cualquier procedimiento o sistema humano.

En Europa, el tema de los refugiados también es muy conmovedor. Se nos invitó a crear un juego de refugiados y a pensar en el tema. Así que creamos un juego de mesa sobre refugiados, un bonito prototipo. Todavía lo pienso, porque cuando ocurrió la crisis de refugiados en Europa, Pokemon Go estaba en la cima del desarrollo. Es una locura que tantas personas estén jugando fuera de su zona de confort y, al mismo tiempo, otros no tiene ninguna opción. Tienen que moverse y morir en el mar Mediterráneo. Son dos círculos distintos de compromiso que no están conectados en absoluto. ¿Qué hacemos con todo este compromiso? Son individuos que están colaborando a nivel mundial, utilizan Internet, pero al mismo tiempo nadie se preocupa por los refugiados. Solo podemos cambiar los sistemas que tenemos, lo que llamo el juego, si entendemos que somos quienes lo creamos. Esto es posible si los observamos como un juego.

En esta hackathon, no se trata de un juego, sino de una experiencia. ¿Qué les espera a los ganadores en Berlín? 

Cierto, aquí tiene que ser una experiencia, no un juego. En Berlín, cada grupo mejorará su trabajo por separado. Les daremos tres días con mentores y entrenadores para asegurar que su experiencia refleje lo mejor del estado del arte. Tendremos tres días para prepararlos para el Foro Humboldt, que tiene un impacto inmenso.  Será el centro de atención de los medios y la audiencia mundial estará presente.